El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (2024)

Para conocer el origen de las máquinas de coser antiguas tenemos que remontarnos a los años previos a la Revolución Industrial.

La historia comienza allá por el año 1755 cuando un alemán llamado Charles Fredrick Wiesenthal patentó un aparato mecánico que facilitaba la costura. Recordemos que hasta ese momento todo se cosía a mano: pantalones, camisas, vestidos, ropa de cama, cortinas, entre otros.

Dicha máquina consistía en una aguja con dos puntas y un ojal en el extremo. Sin embargo, se considera la primera “máquina de coser” de la historia.

En el año 1830 el sastre Barthelemy Thimonnier inventó una máquina de coser funcional. Sin embargo, años después, en la oficina francesa de patentes, se descubrió que en 1790 Thomas Saint había patentado una máquina de coser antigua. Él fue el primero en patentar dicho invento, sin embargo cuando todo se supo todo el mundo ya reconocía a Thimonnier como el inventor.

En 1834, Walter Hunt (inventor estadounidense) creó la primera máquina de puntada cerrada. Sin embargo, no la patentó en el momento de su invención. Mientras tanto, Elias Howe (otro inventor estadounidense) desarrolló una máquina con las mismas características. Pero él si la patentó.

Lo cierto es que a lo largo de los años, si analizamos la historia de la evolución de la costura y las máquinas de coser antiguas, veremos que muchos sastres e inventores crearon diferentes modelos. Además engrosaron la lista de inventores al incorporar pequeñas mejoras en las máquinas ya existentes.

Ese es el caso de Isaac Merrit Singer. Este neoyorquino nació en 1811 en una familia acomodada. Pero luego del divorcio de sus padres tuvo que abandonar la mansión familiar para ganar su propio dinero.

El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (1)

En 1839 Singer gracias a una máquina para perforar roca, consiguió su primera patente. Vendió la idea y decidió invertir el dinero ganado en su carrera de actor. De hecho creó una pequeña compañía teatral y se fue de gira por Estado Unidos.

Pero el dinero que ganó gracias a su primera patente, lo motivó a pensar en nuevos inventos. Así llegó hasta un taller que fabricaba máquinas de coser y luego de algunos días y con una inversión de 40 dólares, Singer patentó y desarrolló una máquina que podía coser 900 puntadas por minuto. Una costurera avanzada, podía dar hasta 40 puntadas por minuto.

Las principales características de esta máquina de coser antigua eran una lanzadera recta, un brazo en suspensión, un prensatelas que sujetaba la tela estirada y una aguja con un ojo en el extremo más cercano a la tela. Además la máquina se accionaba mediante un pedal (toda una invención ya que hasta el momento se hacía a mano mediante una manivela).

Bajo el nombre I. M. Singer & Co., Isaac Merrit Singer vendía sus máquinas de coser. La facilidad con la que se adapta al uso doméstico y la practicidad para la costura, fueron los cimientos del éxito de su empresa.

El 12 Agosto 1851, Isaac Merrit Singer obtuvo la patente para la primera máquina de coser de marca SINGER. Cuatro años más tarde una máquina de coser Singer ganó el primer premio en la Feria Mundial de París.

Algunos años después llegó Edward Clark a la vida de Singer. Este inversor y socio le propuso ser la primera empresa en establecer un sistema de “alquiler con opción de compra”. Es decir que le propuso un sistema de compra a crédito en cómodas cuotas.

Esta opción permitió que más personas pudieran acceder a una máquina de coser, mejorando así su productividad y economía. Esto último era lo que se necesitaba para elevar la posición social. Es decir que Singer logró una revolución en el comportamiento del consumidor.

Los años pasaron y Singer decidió seguir invirtiendo en su compañía en invento. Por eso en 1889 se produjo la primera máquina de coser eléctrica. Esta máquina de coser antigua contaba con un motor eléctrico Edison. Un año después Singer comenzó a vender sus máquinas al 90 por ciento del mercado mundial de máquinas de coser.

La historia de las máquinas de coser Singer aún se está escribiendo o mejor dicho: aún se está cosiendo. Te invitamos a hacer click acá para conocer más sobre la historia y los productos Singer.

El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (2)

La historia de las máquinas de coser Singer antiguas y vos

Como mencionamos anteriormente, una máquina de coser singer antigua no es solo una máquina. Se trata de un artefacto que cambió la vida de muchas personas. Se trata de herencia y de amor por la costura.

Además en muchos casos, una máquina de coser Singer se convirtió en la protagonista de una historia familiar. Tal es el caso de Gladys. Ella vive en Jujuy y nos hizo llegar su emocionante historia.

San Pedro de Jujuy, agosto 4 de 2020

Mi nombre es Gladys Margarita Cruz de Armella, nacida en el fin del mundo, en Humahuaca, provincia de Jujuy, Argentina. Ciudad histórica que no

me vería crecer. En el año 1955, luego de la muerte de mi madre, me mudé a San Pedro de Jujuy.

Mi padre Juan Cruz, empleado ferroviario y enfermero, de común acuerdo con mis abuelos maternos decidieron que la crianza de las tres niñas quedaría a cargo de él y la de mi hermanito menor bajo la de mis abuelos.

Muy a pesar de la distancia, más de 150km, y en otras épocas donde los medios de transporte eran más escasos, la familia jamás nos abandonó. Mis abuelos maternos, Inés y Basilio, nos acompañaron siempre.

Basilio Álvarez un hombre respetado y de grandes valores. Es el mismo que con criterio y decisión demostrada en hechos, llegó un día con una carga de tamaño considerable a mi nueva ciudad.

Cargados en formaciones del histórico Ferrocarril Belgrano, que por estos años ya no existe, trajo muebles de su propiedad y entre ellos esa máquina de coser que su hija había utilizado por tantos años.

Un abuelo de corazón gigante y amor profundo que lo único que quería era llevar el legado de su hija a sus nietas. Creo que mi abuelo nunca se imaginó todo lo que significaría esa carga y posterior entrega a sus nietas. ¿Puede un objeto durar tantos años y no solo seguir funcionando sino además dando las mismas satisfacciones que hace tanto tiempo?

Esta herencia tan valiosa la tuvo mi madre desde los doce años de edad. Sin miedo a aprender nuevos métodos se capacito a distancia de forma permanente, haciendo cursos de corte y confección que le ofrecía la misma marca Singer, recibiendo el material didáctico por correo. Además, en otras ocasiones, asistió personalmente a clases prácticas, dictadas por modistas y sastres.

En 1972 me casé con Flaviano, un mecánico de máquinas pesadas, especializado en hidráulica. De muy joven comenzó a trabajar en una talabartería-marroquinería, un negocio familiar dedicado a la fabricación de todos los aperos para los caballos y jinetes. También a la confección de camperas, calzado, portafolios, bolsos, etc. Todo elaborado en lona, gamuza, cuerina, cuero… La vida lo había llevado a no ser ajeno al conocimiento sobre el uso de las máquinas de coser.

Un día la firma en donde trabajaba se dio a quiebra y el desempleo de mi esposo fue la consecuencia. Esa delicada situación nos empujó a buscar otro medio de vida, ahí mismo empezamos con la confección de portafolios, carteras, bolsos, tapicería de sillas, lo que no sería posible de no tener entre nuestras pertenencias a la máquina Singer. Pero Singer estuvo presente para hacer posible ese nuevo medio de vida y llevar el pan de cada día al hogar.

En 1996 llegó una jubilación de oficio que por ser insuficiente nos trajo a casa una nueva crisis económica. Gracias al consejo de mi prima Yolanda Yugar, radicada en la ciudad de Buenos Aires, decidimos dedicarnos a la blanqueria, confeccionando cortinas, cubrecamas, sábanas, acolchados, manteles, etc. Nuestra mejor aliada fue una vez más la máquina Singer.

Hoy, ambos jubilados, seguimos teniendo la gran compañía de ese tesoro de fierro, un poco decolorado, propio del desgaste sufrido por el paso del tiempo y de su uso permanente, pero con la misma fidelidad de siempre, Singer. Ella hace posible materializar las ideas y dar alegrías a familiares y amigos. Es indiscutible que sin ella no sería posible.

Llegando al final de este extenso pero afectuoso relato, recuerdo tener en casa de mamá una heladera Singer adquirida en mis primeros pasos como docente en el año 1969, tanto tiempo… increíble que aun siga funcionando sin haber sido necesaria nunca la asistencia de un servicio técnico.

Por todo lo vivido solo me resta decir ¡GRACIAS SINGER!

Te invitamos a ser parte de la familia Singer ¡Creemos que la felicidad está hecha a mano! Hacé click acá y conoce todo lo que tenemos para vos

El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (3)El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (4)El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (5)

El curioso origen de las máquinas de coser antiguas y la historia Singer (2024)
Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Arline Emard IV

Last Updated:

Views: 6635

Rating: 4.1 / 5 (72 voted)

Reviews: 87% of readers found this page helpful

Author information

Name: Arline Emard IV

Birthday: 1996-07-10

Address: 8912 Hintz Shore, West Louie, AZ 69363-0747

Phone: +13454700762376

Job: Administration Technician

Hobby: Paintball, Horseback riding, Cycling, Running, Macrame, Playing musical instruments, Soapmaking

Introduction: My name is Arline Emard IV, I am a cheerful, gorgeous, colorful, joyous, excited, super, inquisitive person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.