Sara ya había despedido a los aspirantes, como todos los anteriores, no estaban conformes con tenerla a ella como supervisor, además que ni siquiera pudieron responder a las preguntas como se debía _ idiotas _ masajea sus sienes.
- señorita Sara, ¿ya tiene el informe para la asamblea? _ pregunta Franklin a sus espaldas.
Cuando Sara lo escucha se asusta y corre a su escritorio _ demonios, la asamblea, oh llegaré tarde _ toma unos documentos y sale corriendo de su oficina.
- ¿que fue eso? _ Franklin se queda sorprendido, pues desde que conocía a Sara nunca la había visto presentarse tarde a trabajar.
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- bueno, si ya no hay más que tratar podemos dar por terminada la conferencia de hoy _ dijo Connor, pues ya todos habían expuesto sus informes.
- majestad, de hecho hay algo más que queremos tratar con usted _ dijo el primer ministro _ verá, su majestad ya tiene 27 años, y aún no tiene hijos.
- primer ministro a dónde quiere llegar.
- majestad, todos ya sabemos de su problema, por ello queremos proponer una solución a este, ya que usted no puede engendrar, queremos proponer casar al gran duque y que su primer hijo sea quien se convierta en el príncipe heredero.
Sara iba entrando cuando escuchó las palabras del ministro, vaya que si tenía agallas como para sugerir tal cosa, se mantuvo en silencio y siguió su camino hasta colocarse aun lado de Connor.
- según ustedes, yo no puedo engendrar _ suelta una carcajada _ y quieren que un hijo de mi hermano sea mi heredero.
- majestad, usted nunca ha podido corresponderle a ninguna mujer, esta es la mejor decisión _ agregó otro de los ministros.
- majestad, sabemos que para usted esa es una afrenta, pero el imperio necesita un heredero, usted tiene 10 años gobernando y aún no tiene hijos ni esposa, el pueblo comienza a sentirse preocupado por el futuro, no olvide que su padre lo trajo al mundo cuando tenía 17 años.
- lamentablemente, ustedes no me dejan olvidarlo.
- majestad, si acepta esto, no tendrá que subir a nadie al trono, después de todo no somos tan crueles para condenar a una mujer al abandono.
Todos comenzaron a hablar, unos apoyando la idea y otros incluso soltaron una que otra burla, y aunque Connor los observaba con cierta diversión, Sara ya estaba demasiado enojada; escuchar a esos hombres burlarse de Connor la hizo enfurecer, asta que ya no pudo aguantarlo más _ quien les dijo que su majestad es incapaz de complacer a una mujer, como esclava de su majestad, puedo asegurar que es muy viril, que las inútiles de sus hijas, sobrinas o nietas no hayan podido acceder a su cama no tiene nada que ver con su virilidad...
- como se atreve a decir tal cosa _ la interrumpe uno de los ministros.
- COMO SE ATREVEN USTEDES, afirmar que su majestad es impotente es una ofensa a la corona, y si más no recuerdo ofender a la familia real es un delito.
- tú solo eres una esclava sin importancia, no tienes aquí más que unos meses, no entiendes la situación.
- ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja _ Connor no pudo más y soltó la risa, llamando la atención de todos los presentes _ acabo de entenderlo todo _ dice para volver a reír _ ja, ja, ja, ja, ja, escúchenme bien _ su mirada y tono cambian de inmediato volviéndose aterradores _ el trono me pertenece, yo decido a quien pongo de emperatriz, yo decido si el trono será heredado a mis hijos o a mis sobrinos, esa elección me pertenece a mí y nadie más, cualquiera que se atreva a volver a tocar el tema será acusado de rebelarse contra la corona y ejecutado como tal, ENTENDIERON.
Todos comenzaron a temblar aterrorizados, se habían excedido y lo sabían, ahora su cabeza estaba en riesgo, incluso Sara se asustó al verlo así, aunque no era para menos, pues los ministros lo habían menospreciado.
- no los escuché, dije ENTENDIERON _ al decir esto de sus manos salió una ráfaga de aire congelado que hizo que todos se levantarán rápidamente para colocarse de rodillas.
- lo hemos entendido su majestad _ dicen todos en unísono, mientras tiemblan como conejos asustados _ rogamos por perdón, cometimos una indiscreción _ colocan su frente en el piso esperando una respuesta de Connor.
- no soy un tirano, no los mataré _ al escuchar estas palabras todos se sienten más calmados _ sé que les preocupa tanto mi descendencia porque temen por la seguridad del pueblo, por ello no se preocupen, les daré una solución _ voltea a ver a Sara _ me casaré _ todos levantan la mirada rápidamente con gran sorpresa _ Sara Lennon, ¿quiere casarse conmigo y ser la madre de mis hijos?
- Qué, su majestad no puede casarse con esa mujer, es una esclava _ intervino el primer ministro antes de que Sara respondiera.
- majestad, esa mujer ni siquiera es libre, ni mucho menos adecuada para ser emperatriz _ agregó otro de los ministros.
- SILENCIO _ les lanza una mirada fulminante _ ¿les pregunté a ustedes?
- no _ todos guardan silencio.
Sara se queda asimilando la pregunta, pues era la segunda vez que escuchaba a Connor decir esas palabras < su esposa, nada me haría más feliz, pero yo no podré ser la madre de sus hijos, porque yo no estaré ahí para ellos > _ su majestad me honra, sus palabras me hacen sentir muy dichosa, pero no sabría que responder ante ellas _ sus ojos se cristalizaron, pero no derramo ninguna lágrima, solo sonrió levemente esperando Connor la entendiera.
- majestad, la corona necesita alianzas, que es lo que esta esclava le puede ofrecer, hasta ella misma lo sabe y por eso no es capas de responder _ dijo el primer ministro manteniéndose de rodillas.
- primer ministro, ¿me está diciendo que si me casó con ella ustedes me traicionaran? _ su tono era sombrío mostrando su disgusto.
- majestad no quise decir eso, pero entienda, los nobles nunca la aceptarán.
- la señorita Sara, es la hija del conde Lennon de Yakut, tiene una gran inteligencia, posee habilidades empresariales únicas, pero nunca ha visto el pueblo, no tiene paciencia, no sabe tratar con la nobleza, aunque posee grandes virtudes, majestad lamentablemente debo decir que yo también estoy en desacuerdo con que sea nombrada su emperatriz _ agregó el ministro de educación quien se había mantenido en silencio asta el momento _ tal vez si la señorita demostrara que puede manejar a la nobleza tan bien como su puesto lo necesita tendrá mi apoyo incondicional.
- una emperatriz, debe ser una mujer con gracia, benevolencia, educación, paciencia, e inteligencia, lamentablemente dudo la benevolencia y paciencia formen parte de las virtudes de la señorita Sara _ dijo otro de los presentes, pues siempre que la veían era para mandar a la orca a alguien, no era como que tuviera pruebas de su bondad.
- la señorita Sara, tiene esas virtudes y muchas más _ responde Connor
< tiene mucha razón yo no soy benevolente > Sara le lanza una mirada al hombre y este se agacha.
- majestad, en Garnet tenemos plebeyas con mejores virtudes que la señorita Sara _ agregó el primer ministro en tono de burla.
- yo si apoyo a la señorita Sara, ella fue capaz de arriesgar su vida para salvar a los soldados de mi escuadrón, estoy seguro de que así como yo ellos tampoco tienen dudas de su capacidad _ habló el ministro de defensa _ después de todo ella ya hace la labor de emperatriz, que es apoyar a su majestad.
Con las palabras del ministro de defensa todos se pusieron nerviosos, pues estaba afirmando que Sara tenía el apoyo del ejército imperial, pero se calmaron rápido, pues para ellos los soldados solo eran esclavos a la orden de cualquiera con un buen rango.
- majestad, aun cuando ella fuese duquesa, no hay que olvidar que no pertenece a Garnet, no puede ser emperatriz.
- la verdad no los entiendo, quieren un heredero, pero no quieren una emperatriz, señores deben saber que para concebir un heredero se necesita una emperatriz, no esperaran que me embarace a mi mismo, ¿verdad?
Sara y unos cuantos ministros no pudieron evitar reírse por las palabras de Connor.
- majestad, los nobles son presuntuosos, el orgullo es su mayor virtud, si usted inpone a una plebeya como su emperatriz podría desencadenar muchos problemas, recuerde que su familia busca rebelarse, no debemos permitir que la nobleza les brinde apoyo, pero tampoco estoy de acuerdo en que dos personas se casen sin el consentimiento de ambos, como dijo el ministro de educación, la señorita debe demostrar que es capaz, y creó saber como _ dijo un hombre, que aparentaba unos 60 años _ como ministro de gestión sensorial, debo encargarme de evitar disturbios en la nobleza, y creo que la mejor forma es que se compita por el trono de emperatriz, justo como años atrás se hacía.